Prevención de lesiones y violencia

Para la ciencia.

Los datos nacionales muestran que las muertes relacionadas con armas de fuego están en aumento: en 2020, Estados Unidos fue el hogar de 19,384 homicidios y 24,292 suicidios con armas de fuego. Esos números son los niveles documentados más altos en una década. Aproximadamente una de cada tres mujeres y uno de cada cuatro hombres experimentan alguna forma de violencia de pareja, y una de cada cuatro mujeres estadounidenses ha sido víctima de violación o intento de violación. En 2020, se denunciaron a los funcionarios locales 618,000 víctimas de abuso y negligencia infantil. No todas las comunidades enfrentan los mismas índices o tipos de violencia. Por ejemplo, los afroamericanos tienen dos veces más probabilidades de ser asesinados por la policía que sus homólogos blancos.

Para la acción.

Inste a los legisladores a proporcionar financiamiento para la investigación a la par con la epidemia de violencia armada de la nación, y solicite a los legisladores que aprueben medidas sensatas que reduzcan el riesgo de muerte y lesiones por el uso de armas. Trabaje con facultades y universidades locales para prevenir la violencia sexual y proporcionar capacitación sobre formas de ayudar mejor a las víctimas de violencia sexual, como ofrecer servicios informados sobre el trauma. Aprenda sobre estrategias basadas en la comunidad para crear los tipos de entornos seguros, estables y enriquecedores que ayudan a prevenir el abuso y la negligencia infantil. Abogue por tener soluciones impulsadas por la comunidad que identifiquen y ataquen la raíz de la violencia, y no criminalizar a comunidades enteras.


Para la salud.

Se necesitan muchos más datos, pero la investigación ya muestra que las leyes de seguridad en el uso sensato de armas pueden marcar la diferencia. Los estudios demostraron que en los años posteriores a la ley de permiso para comprar armas de fuego de Connecticut, los homicidios con armas de fuego disminuyeron en un 40%. El uso de intervenciones basadas en la salud pública puede marcar la diferencia en la reducción de la violencia. Se demostró que los modelos de visitas domiciliarias disminuyen considerablemente el riesgo de maltrato infantil. Los modelos dirigidos por la comunidad pueden utilizarse eficazmente para implementar actividades de prevención de la violencia. Por ejemplo, el innovador modelo Cure Violence (Curar la violencia), que aplica la lente de salud pública a la prevención de la violencia, provocó disminuciones significativas en la violencia armada local. Los científicos de salud pública también identificaron intervenciones altamente rentables en toda la ciudad para revitalizar los lugares donde las personas viven, trabajan y juegan, reduciendo la violencia armada, el crimen y el miedo en las comunidades desfavorecidas.

En celebración.

Las intervenciones específicas son fundamentales para la prevención y reducción eficaces de la violencia. Por ejemplo, la violencia de pareja u otros comportamientos controladores y abusivos pueden normalizarse en ciertas culturas debido a tabúes o normas sociales patriarcales. Los programas culturalmente específicos redujeron la violencia en esos entornos mediante la implementación de estrategias de prevención únicas para esas culturas. Se demostró que los mensajes culturalmente apropiados y personalizados sobre la prevención del suicidio ayudan a las personas a reducir el acceso a las armas de fuego en las zonas rurales de los Estados Unidos.

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